Y como si una llamarada se encendiera justo a mi alrededor, así es como me siento, delirio total, la temperatura aumenta; mientras que mi razón se pierde en ráfagas de viento cálido.
Esperando; sola y destruida, entre mi razón y mi corazón, noto como se desgarra lentamente la tela de mi ser. Me pierdo lo siento, y uno a uno rebelo cada secreto que esconde mi alma. Estoy a merced de cada demonio; que bien se liberan de mi centro; mis demonios internos cobran vida, y su única presa soy yo.
Alejándome del mundo, con indeterminable velocidad y fiereza; veo pasar a cada persona o bien cosa, que se dibuja en el entorno, con un lápiz carmesí; y en medio de este solo cuarto, que encontraras en mi mente, canto una sonata única y similar a los llantos de los elfos. Tal cual como si me escogiera, cada llamarada que empieza a recorrer mi cuerpo deja de sentirse y termino de entrar en un infierno total; del cual no espero salir, ya que cada alma entregada a este nuevo mundo es solo una ficha más del enorme tablero de ajedrez que compone la jugada final.
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